viernes, 23 de noviembre de 2012

Boss


O diez razones para no poner un pie en el ayuntamiento de Chicago, gracias a mi amigo feisbuquero y twittero y dentro de poco real (cruzemos los dedos), Víctor González (http://elclubsilencio.blogspot.com.es/)...

  1. Porque Kesley Grammer ha elegido Boss para cambiarse la chaqueta cómica y pasarse al drama. La serie de Starz ha rescatado al actor consagrado por Fraiser y lo ha devuelto a las entregas de premios televisivos como si no hubiera pasado el tiempo: el norteamericano se ha hecho con otro Globo de Oro, esta vez como Mejor Actor de Drama, gracias a Tom Kane.
  2. Porque las series sobre la corrupción del poder nunca pasan de moda. Mafiosos, matones y otros alcaldes y ediles deshonestos cambian ciudades como Atlantic City (BoardWalk Empire), Nueva Jersey (Los Soprano), incluso Desembarco del Rey (Juego de Tronos) por Chicago. Eso si, desde una perspectiva mucho más gris, fría pero igualmente adictiva.
  3. Porque sería de tontos perderse la primera incursión de Gus Van Sant en la pequeña pantalla. El director de películas modestas pero muy premiadas como Elephant o Mi nombre es Harvey Milk se ha encargado de poner forma el magistral guión de Farhad Safinia. El trazo sutil y distante del realizador se asoma en el primer capítulo de Boss.
  4. Porque el Chicago dinámico y colorido de series como The Good Wife y The Chicago Code se convierte en un lugar gélido y descorazonador. Bien podría tratarse del tormentoso Seattle de The Killing o del oscuro Londres de The Shadow Line. La ciudad norteamericana se somete a la despiadada ley de Tom Kane: Chicago como nunca la habíamos visto.
  5. Porque tiene un repartazo de lujo, con rostros popularizados por el cine y otros más desapercibidos que lo bordan en la televisión. Connie Nielsen (Gladiator) se mete en la piel de Meredith, la no menos cruel esposa de Tom Kane; acompañan Kathleen Roberston (Tin Man), Jeff Hephner (HellCats) y Martin Donovan (Weeds). De sobresaliente. 
  6. Porque los Kane en acción no tienen nada que envidiar a los villanos de Los Soprano o The Wire. Grammer y Nielsen interpretan al matrimonio al frente del ayuntamiento de Chicago: él padece una grave enfermedad neurológica que le convierte en un dictador implacable; ella arregla sus desaguisados sin aflojar la dura mano de hierro sobre los ciudadanos.
  7. Porque la cadena privada Starz confió en Boss como su primera gran producción de calidad. La plataforma norteamericana, responsable de series como Spartacus o Camelot, cambió de tercio con una ficción digna de la HBO. Aunque no registró grandes cifras de audiencia en sus dos temporadas, Starz ha demostrado tener un excelente potencial televisivo.
  8. Porque es un fiel reflejo televisivo de la casta política que sufrimos en la actualidad. Boss, que hace guiños (conscientes o inconscientes) a la revolución social que vemos en los medios de comunicación, es implacable en la hipocresía de los Kane hacia los ciudadanos. Igual de implacable en su retrato de los que ocupan día a día los despachos de la administración.
  9. Porque crea una mitología que ya le gustaría a ficciones como Kings, Los Tudor o Roma. Pese a estar ambientada en la actualidad, Boss tiene unos personajes cargados de pasión que parecen sacados de cualquier obra de Shakespeare. El primero de ellos, Tom Kane que, poseído por la enfermedad, cae en una paranoia sobre el poder de la que no escapa nadie.
  10. Porque es una de las series de mayor calidad de los últimos años. Aunque el canon de la crítica televisiva es cada vez más flexible, lo cierto es que Boss pertenece a esas series de la vieja escuela. Grandes actores, personajes adictivos, un guión repleto de escenas memorables, una puesta en forma inédita y un respaldo cultural muy contemporáneo.





1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo con todo. Boss es muy buena serie, ojalá saquen una pelicula de la serie

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